Cuando pienso en cuanto nos quisimos se viene a mi mente la nostalgia del pasado, busco de todas las maneras cambiar mis pensamientos, no puedo olvidarte tan fácilmente, es difícil pensar en otras cosas, en ese momento recuerdo que en cuestiones del amor siempre hay un perdedor, amar a veces es doloroso, es difícil.
Cuando recuerdo los momentos en los que nos mirábamos y nos decíamos todo con las miradas todo es nostalgia, la nostalgia es un sentimiento crudo pero necesario, rompe con la dulzura que la cabeza nos vende, rompe con las ilusiones que no nos dejan actuar y nos recuerda que la vida es un desafío con el que hay que lidiar.
El mal de amores es parte de nuestra forma de sentir una empatía y deseo por la persona que tenemos en frente, es una llama ardiente es la obscuridad del camino que nos toca transitar, es lo que nos guía en esta penumbra fría que nos lleva a través del tiempo con mucha prisa y sin piedad.
Los deseos del amor son profundos, son la manifestación ardiente de un éxtasis perdido en el interior de un mismo, una manifestación que despierta cuando la persona indicada se presenta en nuestras vidas, es un calor que con el tiempo se apaga y nos deja huérfanos en el medio de la obscuridad del tiempo; por eso el amor es tirano, por que es difícil hacerlo prevalecer, es caprichoso y cuando quiere nos abandona.
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